Ramón García de CEL: «Nos hemos dado cuenta de que la cadena de suministro necesita ser más resiliente»

La crisis de la cadena de suministro global continúa causando estragos en el mercado internacional, afectando todo, desde productos alimenticios hasta computadoras y lavadoras. Es más, este año, la cadena de suministro internacional se ha enfrentado a una gran cantidad de desafíos, incluidos los nuevos bloqueos por Covid-19 en China, el conflicto militar en Europa del Este y el aumento vertiginoso de los precios de la energía.

Con las interrupciones y la incertidumbre filtrándose en cada faceta de la cadena de suministro mundial, la mayoría de las empresas esperan que las condiciones actuales continúen o incluso empeoren para fines de 2022. Es en esta figura que Ramón García director general del Centro Español de Logística, en conversatorio realizado por CDS, detalló el momento y los alcances inmediatos de las problemáticas que aún vive el sector.

¿Cuál es el rol de las nuevas tecnologías para destrabar los problemas en las cadenas de suministro?

Es el principal. La tecnología ahora es disruptiva. Eso te obliga a subirte al tren de las nuevas tendencias y, en este sentido, el CEL tiene que ayudar a las empresas para que conozcan las recientes herramientas que vienen y las apliquen. No podemos estar anclados en lo que se hacía hace veinte años. De la mano de las tecnologías se puede ver qué aportar a nuestra actividad.

Las tendencias inmediatas son los proyectos basados en las tecnologías inmersivas y del metaverso. En este ámbito, estas soluciones se centran en divulgar gammificación, gemelos digitales y simulación dentro del transporte y la logística, con aplicaciones en pruebas de modelos y operativas, formación y entrenamiento, así como para el metaverso que, por las implicaciones que puede tener para la logística, en el futuro podría convertirse en el nexo entre el mundo virtual y el real.

¿Cómo se visualiza el panorama asociativo del sector logístico global?

Cada organización tiene su espacio y su ámbito de actuación. Es importante que sean un punto de encuentro desde el que se pueda construir el futuro de la actividad. Sin embargo, hacen falta espacios para el debate como el que propone el CEL para buscar consensos que engloben a toda la cadena, con la vista puesta en el cliente. Además, están apareciendo nuevos players a los que tenemos que dar su espacio en la cadena de valor.

¿Cuáles son los desafíos inmediatos del sector?

La cadena de suministro es un ecosistema que ha cambiado radicalmente en los últimos años. Estamos en pleno proceso de adaptación a nuevos modelos de negocio. Tras una gran disrupción, ahora toca estabilizar la situación, porque en poco tiempo nos hemos dado cuenta de que la cadena de suministro necesita ser más resiliente y, además, han cambiado los hábitos de consumo. Como consecuencia, las cadenas de suministro están replanteándose sus modelos desde una perspectiva menos basada en el coste y más centrada en la resiliencia y en la sostenibilidad.

¿Cómo evolucionará la distribución urbana?

Tiene que ir hacia un cambio de acercamiento al problema, porque creo que se apunta al efecto y no la causa del problema. Todas las medidas que se están tomando están enfocadas al trasporte, pero el problema del reparto urbano no es de transporte. Es de cambio de hábitos de consumo. Creo que hay cambiar el modelo de ciudad y trabajar todos en ciudades adaptadas a la logística. Eso implica que las administraciones incluyan la cadena de suministro en su agenda y que todos los agentes que conforman la cadena de valor se impliquen en lograr consensos.

Después, teniendo esto encima de la mesa, hay que buscar por una solución armoniosa, con un enfoque sistémico, pero el primer paso consiste en que la Administración entienda que el problema de la logística urbana no es de transporte, porque sólo cambiando las flotas a vehículos eléctricos, la congestión no desaparece.

Relacionada: Enfrentar una gran interrupción de la cadena de suministro es posible