¿Por qué los dark store están desapareciendo de España?

La burbuja de los envíos ultrarrápidos de Getir y otras firmas tipo dark store, está comenzando a desaparecer del territorio español definitivamente, lo que queda claro a partir de la decisión de estas empresas, que lentamente reducen su actividad en el país, como queda claro a través de la información que sueltan en sus redes sociales.

De hecho, allá por el pasado mes de mayo, Getir anunciaba un recorte del 14% de su plantilla a nivel internacional, algo que también afectó a sus filiales españolas, evidenciando que el creciente interés del público por tener sus paquetes en casa el mismo día en que los pedían era una necesidad muy relacionada con el confinamiento.

El gigante turco de los envíos ultrarrápidos, que había llegado a España hace casi un año, fue apenas uno de los que vinieron a revolucionar las entregas en las principales ciudades locales, pero pronto comprobaron que no estaban dadas las condiciones para que repitieran aquí el éxito del que habían disfrutado en otros mercados europeos.

Lo más curioso es que no es que a Getir le faltara dinero para invertir o expandirse en las diferentes localidades, ya que venía de obtener 700 millones de euros en una ronda de financiación el pasado mes de marzo, y su valor se calcula en torno a los 10.000 millones de euros. O se calculaba, porque desde ese día todo fue de mal en peor.

En los últimos dos meses, Getir se deshizo de unos 35 trabajadores del área de oficinas, un quinto de su plantilla, llevando adelante despidos disciplinarios, y obligando a algunos de los repartidores a coger bajas voluntarias. Mientras tanto, 20 de sus tiendas fantasma habrían cerrado las puertas para siempre, si bien no lo dicen.

En cualquier caso, es un hecho que se habían alzado distintas voces contra los envíos ultrarrápidos, entre ellas la de Correos, cuyos representantes habían recomendado evitar los envíos urgentes por su altísimo impacto ambiental. Parece que el tiempo de las dark stores ha quedado atrás, y Getir será sólo el paradigma de su fugaz presencia.

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