Planificación y optimización en la última milla por Andrés Gutiérrez de LIS

Un tema que interesa bastante a las empresas de Transporte que hacen Última Milla es buscar cumplir sus entregas con la menor cantidad de recursos necesaria. Por tal razón siempre están a la búsqueda de mejores formas de hacer las cosas para poder alcanzar esos objetivos. Y es esta necesidad de gastar menos lo que hace que pensemos en recorrer menos kilómetros, gastar menos combustible, menos horas de trabajo entre otras cosas más.

Para realizar dicha planificación las empresas cuentan con personas logísticas que conocen muy bien el negocio y las calles, de tal manera que pueden definir un “camino” por donde deben pasar las unidades para cumplir con su misión. Pero no siempre conseguiremos esos ahorros, sobre todo cuando la empresa comienza a crecer en cantidad de pedidos y comienzan a aparecer variables nuevas de trabajo que hacen más complejo el proceso de planeación.

Este problema no es novedad. Todo nace en la ciudad de Kónigsberg en Prusia Oriental (hoy Rusia) en el siglo XVIII; la ciudad estaba dividida en 4 partes por el río, para visitar la ciudad se podía cruzar por 7 puentes. El problema consistía en encontrar un recorrido para cruzar a pie toda la ciudad con el menor esfuerzo posible, pasando solo una vez por cada uno de los puentes y regresando al mismo punto de inicio. Dicho problema fue “resuelto” por un célebre matemático Leonard Euler. La conclusión fue que ¡ese tipo de problemas no tiene solución!

De esa forma definió las nociones de la teoría de grafos con lo cual se puede saber si un problema de recorridos tiene solución. En el presente, la situación es mucho más complicada, porque intervienen otras reglas adicionales: nos llegan los pedidos de entrega con restricciones que hay que cumplir. Por ejemplo, las ventanas horarias nos hacen que consideremos los tiempos de carga, tránsito y descarga alineados con un horario de tal manera que se pueda llegar al punto de entrega dentro del rango horario autorizado.

«Última milla se refiere al tramo comprendido entre el último punto logístico desde donde sale la mercadería hasta que se entrega y se pone en manos del consumidor final».

Si llegamos fuera de la ventana horaria simplemente no nos recibirán y habremos viajado por gusto al punto desperdiciando tiempo y combustible. Hasta aquí hay empresas que pueden manejarlo todavía en forma manual con gente de mucha experiencia en el campo. Sin embargo, si el negocio sigue creciendo y aumentan los puntos, el esfuerzo humano hace que se alarguen las horas de planeamiento con la posibilidad de error por el desgaste normal del día a día.

Algunos clientes te pueden decir, quiero que consideres este tipo de vehículos, la capacidad de carga del vehículo en Kg, M3, etc. Entran como factor relevante para ciertos tipos de negocios. El tipo de mercadería, por ejemplo… en la unidad que llevas pescados no puedes meter detergente porque si no habrá contaminación cruzada. También puede haber unidades que siempre deben hacer una ruta fija todos los días (rutas preferidas). En ese punto debe considerarse el sentido de las calles y el tráfico según las horas por donde pase la unidad porque no es igual.

Por temas regulatorios, se debe controlar la jornada laboral para que no pasen el límite máximo de horas de trabajo diario, contemplar el refrigerio reglamentario a mitad de jornada, etc.

Por Martín Andrés Gutiérrez,
gerente general de LIS PERU
SAC
. Gentileza, revista Transportando, Perú.

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