Naviera MSC potencia los biocombustibles para su transición energética

La descarbonización es una de las prioridades estratégicas para MSC, que se ha fijado el objetivo de alcanzar cero emisiones netas de CO2 para 2050. En este camino, el grupo naviero estima que ya ha alcanzado una disminución en sus emisiones de CO2 de más de un 40% desde 2008. Para seguir avanzando en esta reducción de emisiones contaminantes, la compañía ha apostado por los biocombustibles sostenibles como combustible de transición.

Estos compuestos, a su juicio, son los únicos combustibles bajos en carbono actualmente disponibles que no requieren ningún ajuste de los motores de los barcos que utiliza en sus operaciones oceánicas. MSC adquiere y almacena biocombustible sostenible certificado bajo en carbono, derivado de fuentes como el aceite de cocina usado para reducir la huella de carbono de las cadenas de suministro, así como en sus propias operaciones.

Este biocombustible de segunda generación de origen responsable viene como una mezcla con aceite marino convencional y su biocomponente puede reducir las emisiones de CO2 en un 90%. La naviera emite certificados de reducción de emisiones para sus clientes que incluyen pruebas y declaraciones de verificación.

El grupo considera que tiene que jugar un papel importante en la descarbonización y en la aceleración de la transición energética de la industria del transporte marítimo y la logística por lo que impulsa mejoras en la eficiencia energética de su flota y colabora en pruebas y pilotos de investigación para el uso de nuevos combustibles.

Residuos usados como base de producción de biocombustibles

La multinacional energética y petroquímica española Repsol acaba de comunicar que ha concluido con éxito la producción del primer biocombustible del país para aviación a partir de residuos, después de una serie de ensayos realizados en el Complejo Industrial de Petronor, que han dado como resultado este primer lote.

Se trata de un BIOJET generado a través de la reutilización de basura, lisa y llanamente, que supone un hito absoluto en la búsqueda de una aviación cuya huella de carbono sea menor, sobre todo atendiendo a las acusaciones que pesan sobre el sector, y las sugerencias de los expertos de reemplazar aviones por trenes en trayectos cortos.

Desde Repsol explican sobre su última hazaña, que “el lote consta de 5.300 toneladas de combustible sostenible cuyo uso supondrá que se evite la emisión a la atmósfera de 300 toneladas de CO2, el equivalente a 40 vuelos Madrid-Bilbao”, algo que permite dar una idea de su rendimiento final.

Relacionada: Neste reduce hasta el 80% las emisiones GEI con mezcla de biocombustibles