A Richard Branson le preguntaron en 1988, durante un programa de televisión si había pensado alguna vez en viajar al espacio.
El multimillonario británico, que había amasado su fortuna con su discográfica Virgin Records con grupos como los Sex Pistols y los Rolling Stones, se quedó pensativo y se dirigió a la persona del público que le había hecho la pregunta, respondiendo. “Me encantaría ir al espacio. Creo que no puede haber nada mejor. Así que si construyes una nave espacial, me encantaría ir contigo”, respondió entre risas.
Más de tres décadas después, Branson (70 años), cumplió su sueño y logró viajar en una nave espacial construida por una empresa que fundó él mismo en 2004: Virgin Galactic.
Es el vigesimosegundo vuelo de pruebas del aparato, la cuarta misión tripulada y la primera con el pasaje completo. La compañía pretende facilitar el turismo espacial a quien lo pueda pagar.
Según detalla la publicación de El País, la nave fue lanzada a las 17.25 hora peninsular española, y lo hicieron desde un avión nodriza que a su vez había despegado del Puerto Espacial América, en Nuevo México (EE UU).
A bordo iban dos pilotos, el propio Richard Branson y otros tres tripulantes, todos ellos empleados de Virgin Galactic. La nave, bautizada Unity (Unidad en español) a sugerencia del físico británico Stephen Hawking, está diseñada para alcanzar una altitud de más de 80 kilómetros, el límite entre la atmósfera y el espacio exterior según la Administración Federal de Aviación de EE UU.
Cabe destacar, que Branson adelantó por nueve días al también multimillonario Jeff Bezos, fundador de Amazon, que tiene previsto un viaje similar el 20 de julio con su propia empresa de transporte aeroespacial, Blue Origin.
La competición entre ambos magnates es feroz. La empresa de Bezos sugirió que lo que ofrece Virgin Galactic no son vuelos espaciales, porque no llegan a la llamada línea de Kármán, la altitud de 100 kilómetros considerada la puerta del espacio según los estándares internacionales.
“Sólo el 4% del planeta reconoce el límite de 80 kilómetros como el comienzo del espacio”, afirmó Blue Origin en sus redes sociales. La nave de Branson requiere un avión nodriza para su lanzamiento, mientras que el aparato de Bezos es un cohete de despegue y aterrizaje vertical, capaz de alcanzar la barrera de los 100 kilómetros.
El fundador del grupo de empresas Virgin asegura que su intención con Virgin Galactic es “abrir el espacio a todo el mundo”, aunque cada pasaje costará en principio unos US$ 250.000 dólares (unos 210.000 euros), por un vuelo de apenas hora y media en el que los pasajeros podrán disfrutar de unos minutos de ingravidez y de las vistas de la curvatura de la superficie de la Tierra.
Viajaron junto a Branson los pilotos Dave Mackay y Michael Masucci, la ingeniera Sirisha Bandla, la instructora de astronautas Beth Moses y el ingeniero Colin Bennett.
Fuente: El País
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