Desde el próximo mes de octubre de 2022, Lufthansa Cargo ampliará la capacidad de carga de su red de media distancia con nuevos cargueros Airbus A321 transformados. Tras el primer servicio de este tipo entre vuelo Frankfurt y Dublín iniciado en marzo de 2022, el segundo A321F se encuentra actualmente en proceso de conversión en Singapur.
El avión bimotor de fuselaje estrecho dispone de un total de 28 toneladas de carga útil, con catorce huecos para palets en la cubierta principal y diez más en la cubierta inferior. Al igual que el primer A321F, el segundo avión también tendrá su base en el centro de la compañía en Frankfurt y será operado por Lufthansa CityLine en virtud de un contrato de arrendamiento con tripulación.
Así mismo, los nuevos destinos de la red intraeuropea incluyen Birmingham, Londres y Madrid, que se suman a los ya existentes con Estambul, Tel Aviv, ciudades con las que se incorporarán frecuencias adicionales, Malta, Túnez, Dublín, Manchester y El Cairo.
En un mercado dinámico que demanda soluciones adaptadas a las necesidades del comercio electrónico y a envíos en el mismo día, Lufthansa Cargo incorporará dos cargueros A321 más en su red europea durante la primera mitad de 2023, con lo que duplicará la capacidad disponible en estos servicios.
¿Transporte aéreo está listo para ser cero emisiones netas el 2050?
La industria del transporte aéreo está fuertemente comprometida con sus objetivos climáticos a largo plazo. Así se puso de manifiesto durante la COP26 de Naciones Unidas, en la que se ha insistido en la intención de aerolíneas, aeropuertos, gestores del tráfico y fabricantes de aviones y motores alcanzar las cero emisiones netas de carbono en 2050.
Un plazo que se antoja demasiado lejano, si nos atenemos a los mensajes de «emergencia climática» que exigen medidas «inmediatas» para limitar el aumento global de temperatura en 1,5º. Otra cosa es que esas medidas se puedan implantar con tanta urgencia sin provocar un deterioro en el servicio.
Como han señalado desde Air Transport Action Group, a pesar de haber soportado la mayor crisis en la historia de la aviación debido al Covid-19, esta meta demuestra que el sector «ha situado la acción climática como una de sus principales prioridades«.
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