La logística de automoción sigue con complejidades en su recuperación

La industria automovilística ha sido uno de los segmentos económicos que más ha sufrido la crisis sanitaria, con cierres de plantas en diferentes lugares del mundo y diversas crisis en el suministro de diversos componentes, especialmente electrónicos, pero también de otros elementos cruciales para la producción de automóviles como caucho o plásticos.

A este complejo panorama ha venido a sumarse el incremento que han sufrido los costes de las principales materias primas que utiliza este sector para la fabricación y montaje. Como resultado, la producción se ha reducido drásticamente en todo el planeta y los mercados han sentido esta escasez de oferta.

En este sentido, un reciente informe de Transport Intelligence estima que el mercado de servicios logísticos para automoción se ha contraído un 16% en todo el planeta en 2020, un descenso que es uno de los más profundos de la historia del sector.

Con más detalle, según este análisis, ese año, el más duro de la pandemia, la logística de abastecimiento para automoción registró un retroceso de un 17,4%, la de vehículo terminado cayó un 12,9% y la de componentes y piezas perdió un 14,1%.

Sin embargo, el trabajo también refleja un crecimiento cercano al 3% en 2021 y pronostica una trayectoria al alza hasta 2025 con una subida en los próximos tres años de un 6,5%, aunque en un contexto de gran incertidumbre y marcado por la profunda transformación que vive la industria automovilística global, que le impedirá alcanzar los registros que había antes de la crisis sanitaria antes de 2025.

En concreto, Transport Intelligence estima un incremento de un 1,4% en 2021 y de un 30,5% hasta 2025 para la logística de abastecimiento en la industria automovilística. De igual manera, la logística de vehículo terminado habría crecido un 9,6% el año pasado y lo haría un 13% en los próximos tres años, mientas que la logística de piezas y componentes se ha incrementado un 12,6% en 2021 y subirá un 7,1% hasta 2025.

En el futuro a corto y medio plazo de la actividad logística asociada al sector automovilístico, los principales retos que asoman están relacionados con el desarrollo de nuevas plantas para la fabricación de baterías eléctricas y el suministro de componentes electrónicos.

El primero de estos factores implica cambios en los flujos y una importancia creciente para servicios especializados en el transporte de mercancías peligrosas, mientras que para el caso de los componentes electrónicos, su abastecimiento en plazo y forma cobra gran relevancia a medida que la actividad industrial en la automoción se transforma y pasa de ser una labor pura de montaje a convertirse en algo más relacionado con la ingeniería electrónica.

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