La importancia de asegurar un galpón modular para los tiempos de escasez de bodegas

Los galpones modulares llegaron para quedarse. En lo que va de 2022, se han convertido en una fuerte tendencia en los sectores de la minería, retail y logística. A raíz de la escasez de bodegas convencionales y debido al aplazamiento de construcción de nuevos centros desde 2019.

A finales de 2021, había un total de 138 centros logísticos en la Región Metropolitana de Chile, equivalentes a un stock total de 5.478.796 metros cuadrados (m2) con una tasa de vacancia de 0%, una cifra históricamente baja.

En dicho escenario, Estructuras Marfil se ha consolidado como una empresa especialista en entregar un servicio que busca afianzar la relación con el cliente, a través de propuestas personalizadas para cada caso en particular, entregando en tiempo récord metros cuadrados de bodega modulares en los terrenos de cada usuario.

“Cada cliente tiene una necesidad global, que por lo general es el bodegaje. Pero a la vez cada usuario bodega productos distintos, según su industria, con estacionalidades distintas. Por ende, nosotros traemos soluciones de almacenaje para cada uno según su necesidad”, señala Nicolás Alonso, Gerente General de Estructuras Marfil.

Esas necesidades van desde estancas para el rubro de alimentos hasta barreras New Jersey para aquellos que almacenan concentrado.
Desde la empresa, aseguran que la clave está en asegurar los galpones modulares en períodos a largo plazo, sobre todo considerando la limitada disponibilidad de metros cuadrados.

“Cuando hacemos una estructura customizada, por lo general son con un contrato de 24 a 36 meses. Además, priorizamos proyectos de clientes que ya tienen contratos con nosotros. Todo esto con el objetivo de que Marfil se expanda a nivel nacional”, apunta Alonso.

La complejidad que se vive en este escenario de grandes problemas logísticos, como lentitud en las respuestas a los requerimientos, hacen que la inmediatez que ofrece Estructuras Marfil sea su gran carta de presentación.

La velocidad de montaje (hasta 1,000 m2 por día) y el no requerir permisos de edificación son dos factores diferenciadores con los que un galpón convencional no puede competir. Estas exclusivas características que ofrece Marfil son atractivas para los clientes con terreno propio y de paso sirven para estrechar el vínculo comercial.

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