Pese a que en gran parte del mundo, las empresas y sectores productivos han evidenciado serias dificultados en sus cadenas de suministros por el caos logístico imperante, estos problemas críticos impuestos por la industria y el transporte marítimo aparentemente sólo han complicado mínimamente la vida de la industria italiana.
Así se desprende por lo menos de un informe que entregó el centro de estudios Confindustria y titulado «La manufactura en el momento de la pandemia. la
recuperación y sus incógnitas», en el que entre las razones del buen desempeño de la producción manufacturera italiana en lo que va de 2021, también ha estado el menor grado de exposición a cuellos de botella en las redes internacionales de suministro que, en cambio, están determinando un fuerte freno a la actividad de procesamiento a escala global.
«La falta de insumos de producción es percibida como un obstáculo para la producción por una parte de las empresas italianas que, en comparación con las respuestas registradas en el resto de Europa, todavía parece modesta. En particular, tomando como referencia la cifra media de la segunda mitad del año en curso, parece que el 15,4% de los encuestados en Italia se queja de falta de materiales o equipos insuficientes, frente a una media europea del 44,3%, frente a incluso el 78,1% de los encuestados en Alemania», dice el informe que fue replicado por Milano Finanza.
La razón de esta menor exposición directa de la manufactura italiana a las turbulencias en las cadenas de suministro internacionales es doble: «Por un lado, la italiana es estructuralmente menos dependiente de los suministros extranjeros que el resto de la manufactura europea: según las estimaciones en 2015 del centro de estudios Confindustria los suministros extranjeros de hecho pesan el 25,8% del total de los insumos intermedios utilizados, frente al 29,1% del alemán y el 31,1% del francés.
La misma investigación, con respecto a los procesos de backshoring en curso en la fabricación, citando los resultados preliminares de un análisis realizado por el centro de estudios Confindustria en colaboración con el grupo de investigación Re4it, revela que el fenómeno del retorno a Italia de suministros previamente subcontratados no es marginal.
Entre los encuestados que tenían relaciones de suministro en el extranjero, el 23% ya ha iniciado procesos de backshoring total o parcial en los últimos cinco años. Los sectores más activos fueron los alimentos, los textiles y otras industrias manufactureras.
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