La volatilidad en el sector petrolero, como el incremento de precios, contribuirá a la aceleración de la acción climática, pero también al cambio hacia vehículos eléctricos.
Esta previsión, sin embargo, tiene una condición que cumplir: Está a expensas de la recuperación económica de la pandemia de Covid-19, todo motivado por los procesos de vacunación que se desarrollan en todo el mundo.
El análisis es de la Agencia Internacional de la Energía, que tomó como base el aumento de la demanda mundial de crudo a una media de 3,2 millones de barriles diarios en junio con respecto al mes anterior, pero el retorno de la producción de petróleo no ha podido seguir el ritmo, lo que ha provocado un aumento constante de los precios del mercado.
Con los precios del petróleo ya rondando los US$ 77 por barril en julio, debido al aumento de la demanda y a los recortes de producción de la OPEP destinados a elevar el precio de referencia del petróleo, la amenaza del aumento de los precios del combustible es preocupante para los consumidores que aún están superando el golpe económico de la pandemia.
Como resultado, el precio más barato de un vehículo eléctrico puede animar a más automovilistas a hacer el cambio antes de lo previsto, impulsando los esfuerzos para reducir las emisiones del transporte.
Entretanto, el mercado de los vehículos eléctricos ha provocado una dependencia inédita con China, el país donde se produce 74,3% de los componentes de las baterías que estos automóviles usan.
La fabricación de cátodos, uno de los componentes más importantes de las baterías, está actualmente dominada por los fabricantes asiáticos, con China a la cabeza de la capacidad mundial.
Y no se vislumbra que esta dependencia vaya a disminuir en los próximos años. Todo lo contrario: la cuota aumentará hasta un enorme 83,8% en 2025, de acuerdo un informe de Rystad Energy.
