La Dirección General de la Marina Mercante ha lanzado un proyecto piloto para controlar las emisiones de los buques en El Estrecho, utilizando drones. Concretamente, la iniciativa cuenta con la colaboración de la Agencia Europea de Seguridad Marítima, siendo esta la primera vez que se examinan las emisiones desde un dron fuera de las zonas de control de emisiones establecidas en el norte de Europa.
El proyecto se ha realizado con un dron de 3,2 metros de envergadura, propulsado por combustible de aviación, con despeje y aterrizaje vertical, equipado con sensores de gas y cámaras que cubren rangos espectrales ópticos e infrarrojos que detectan los gases generados por la combustión y expulsados a través de las plumas de los barcos.
La herramienta de vuelo tiene capacidad para despegar y aterrizar en un área menor de 25 m², así como una autonomía de vuelo de más de seis horas para recorrer más de 100 kilómetros y un rango de altura de hasta 3.650 metros.
La iniciativa de Marina Mercante comenzó a funcionar en el Estrecho el pasado 12 de julio y las operaciones terminarán a finales de octubre. Durante este período, se está llevando a cabo dos vuelos diarios, con una media de diez inspecciones por jornada. Por el momento, se han controlado 294 buques, de los cuales 27 se ha detectado un posible incumplimiento de los límites de contenido de azufre en el combustible utilizado.
Por otro lado, el uso de drones parece haber llegado a su fin dentro del sector logístico. Grandes compañías como Amazon, UPS o DHL anunciaron a bombo y platillo hace ya varios años nuevos proyectos en los que buscaban incluir drones en sus operaciones de transporte. Sin embargo, por el momento esos proyectos no han prosperado adecuadamente y en el corto plazo no vamos a ver sobrevolando por las calles drones entregando paquetes.
Los primeros drones aparecen en la década de los veinte del siglo pasado, aunque su diseño y las posibilidades que ofrecían eran bastante distintas. “La tecnología de materiales, que ha logrado que cada vez sean más ligeros, así como la miniaturización de componentes, hace posible que hoy contemos con drones de tamaños y prestaciones muy diversas.
Desde los minidrones de recreo hasta los destinados a control y vigilancia, hay un amplio listado de modelos”, como se detalla en el portal de la Universidad Internacional de Valencia.
No obstante, es conveniente resaltar algunos aspectos negativos y riesgos que conllevaría el uso de drones:
- Determinados modelos de drones presentan carencias en cuanto a autonomía y capacidad de carga.
- La mayoría de ellos solo pueden transportar mercancías unitarias.
- Actualmente, estos vehículos suponen altos costes ya que requiere inversiones en innovación y desarrollo tecnológico.
- Problemas relacionados con la legislación sobre la utilización de estos dispositivos en el espacio aéreo.
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