¿Cuándo podría volver la normalidad al sector logístico?

En todo el mundo, todavía se mantiene la industria logística inmersa en en una crisis por el desabastecimiento de materias primas y componentes.  Otro aspecto a considerar es la tendencia inflacionista de los precios de la energía y el transporte. Todo esto se debatió en el III Congreso de Compradores de Euskadi, organizado por la Asociación de Profesionales de Compras, Contratación y Aprovisionamientos.

En él, profesionales de compras y de la gestión de cadena de suministro han tratado de encontrar respuestas ante una de las situaciones más convulsas de los últimos años para el sector industrial. En concreto, Javier Setién, director comercial de Vasco Shipping Services, y la directora general de Ertransit, Carmen Aragón, han participado en una mesa sobre la problemática de los fletes y la subida de precio en los transportes desde la perspectiva de compras.

Ante las pregunta de los asistentes sobre cuándo se va a normalizar la logística, han coincidido en que 2022 será previsiblemente un año muy similar a 2021, y no será hasta 2023 cuando la situación se normalice, si bien los fletes no retornarán a los precios anteriores a la pandemia.

Ante la creciente escalada del riesgo en los procesos de aprovisionamiento, que se ha triplicado en 2021, explicaron algunas ideas que están implementando en sus empresas, como la planificación de stocks con la suficiente antelación para poder seguir produciendo, la reducción de los lotes a comprar para proteger las cuentas, o priorizar disponibilidad a precio.

Para Carmen Aragón, los transitarios deben integrarse en las cadenas de suministro de sus clientes para conocer sus necesidades y así poder planificar. Por su parte, Javier Setién recomienda recurrir a las centrales de compra para agrupar pedidos y confiar en los transitarios nacionales.

Asimismo, se ha explicado que el stock se ha convertido en un coste necesario para cubrir las posibles ineficiencias e imprevistos de los proveedores y la cadena de transporte. En este sentido, cobra sentido la utilización de recintos aduaneros que faciliten la organización de los tráficos y la optimización de flujos financieros.

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