Tras vivir poco más de dos años de pandemia de Covid-19 a nivel mundial y cuando aún hay problemas estructurales, según manifiesta la CEPAL, el comercio internacional se logró en parte recuperar al finalizar el 2021, pero a la luz del incremento de los precios a nivel global, es posible que haya una ralentización en 2022.
Según publica Proexpalsión, Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la CEPAL, ha pronosticado que los próximos años serán de una “regionalización globalizada”, donde se acortarán las cadenas de suministro y cobrarán un rol importante los acuerdos mega regionales. El valor de las exportaciones en América del Sur cerrará el año con un crecimiento del 34%, luego de una caída en 2020.
Además, China sigue siendo el principal socio estratégico para la región con el 35% de las exportaciones, en comparación con la Unión Europea y EEUU que representan el 23% y 19%, respectivamente. Las importaciones también han crecido y alcanzaron una variación del 32%, impulsadas por mayor volumen y precio.
En el documento titulado Perspectivas del Comercio Internacional de América Latina y el Caribe, se estima que para 2021, las exportaciones de América Latina, esto es, incluyendo las de América del Sur, crecieron 25%, impulsadas en 17% por los precios de exportación y en 8% por el volumen (mayor demanda de importaciones en China, los EEUU y la Unión Europea).
En ese escenario, América del Sur tendría el mayor aumento del valor exportado en 2021 (34%) porque se beneficiaría de los mayores precios de las materias primas. Algo similar ocurre con los países del Caribe que se benefician del alto precio del petróleo, gas y bauxita que son exportados por Guyana, Trinidad y Tobago y Jamaica. En donde no se observa recuperación es en las exportaciones regionales de servicios, sobre todo por la dependencia del turismo que está condicionado por la pandemia.
Para la CEPAL, los efectos de la pandemia deben llevar a tener en cuenta la importancia de alcanzar una mayor autonomía en sectores estratégicos. Pero, también hay que tener en cuenta algunas debilidades estructurales que han afectado el comercio exterior. Una de ellas tiene que ver con la cadena de suministro y el alza de fletes que habría subido más de 660% desde junio 2019 a la fecha.
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