Cómo es la logística en el continente antártico

El noruego Roald Amundsen fue el primero en pisar y explorar la Antártida en 1911 al frente de un equipo de cinco personas. Con el paso del tiempo, los países han levantado bases antárticas para desempeñar labores de investigación y el suministro de mercancías se ha simplificado con el uso de otros modos de transporte.

Según El Mercantil, cada país dispone de bases antárticas que permanecen abiertas durante todo el año según sus necesidades. Por ejemplo, Argentina cuenta con seis infraestructuras permanentes y usa otras siete en el verano austral, el periodo comprendido entre noviembre y marzo. En el caso de Chile, dispone de 13 establecimientos, de los cuales cuatro son refugios y el resto bases antárticas, cuatro permanentes y cinco abiertas soóo en temporada estival.

Las labores españolas de investigación tienen lugar en dos bases antárticas temporales separadas por 20 millas de navegación: la base Juan Carlos I, inaugurada en la Isla Livingston en 1988, y la base Gabriel de Castilla, abierta por primera vez en la Isla Decepción un año más tarde.

Este grupo español se encarga de las operaciones y mantenimiento de las instalaciones, además del soporte logístico y apoyo a los proyectos de investigación financiados por el Plan Estatal de Investigación español. “Como norma general”, explica el responsable de Logística de la Campaña Antártica Española, Miguel Ojeda, “se necesita que la base sea capaz de funcionar de forma autónoma y pueda dar servicio a la variedad de proyectos científicos que se llevan a cabo”.

Por este motivo, son necesarios varios tipos de mercancía: “Víveres, material de mantenimiento y repuestos, así como el material propio de los proyectos científicos”. Durante el periodo en el que la base permanece cerrada, se calcula en España el material necesario para reponer o reparar, además de los alimentos, y en función de las posibilidades de transportes se realiza una planificación de movimientos.

Todas estas mercancías se transportan en dos buques de investigación, el ‘BO Sarmiento de Gamboa’ y el ‘BIO Hespérides’, “que además de realizar las campañas oceanográficas prestan el soporte logístico a las bases antárticas”. El transporte desde España a los puertos que usan como base durante la campaña “se puede hacer mediante compañías de transporte marítimo y así podemos enviar material en contenedores hasta allí”. Desde estos puertos a la Antártida, se conectan con sus propios barcos u otros contratados expresamente para ese fin.

Centros Logístico Antárticos

Las continuas idas de personal y mercancías entre Chile y Argentina, dos de los países con más presencia en el continente blanco, y la Antártida han generado la necesidad de disponer de centros logísticos dirigidos a facilitar sus campañas antárticas. Es por eso que Chile ha diseñado el Centro Antártico Internacional (CAI) en Punta Arenas, gestionado por el Instituto Antártico Chileno y la Universidad de Magallanes.

La infraestructura ocuparía un terreno de 34.551,67 metros cuadrados, con una superficie total a construir de 22.352,2 metros cuadrados. Se tratará de un espacio contenido “de primer nivel” con un edificio que albergará tres áreas, una científica, otra interactiva y una tercera logística, bajo criterios de sostenibilidad.

Con un presupuesto inicial de 90 millones de dólares (81,2 millones de euros), Chile aunará a partir de 2025 bajo un mismo techo laboratorios de investigación antártica, un centro logístico para las expediciones antárticas y una zona para visitantes, con un planetario, un bosque antártico y salas climatizadas de exposiciones temporales que replican la experiencia de estar en la Antártida.

Por su parte, Argentina ha desembolsado aproximadamente 14.000 millones de pesos (117 millones de euros) para crear un Polo Logístico Antártico (PLA) en Ushuaia, una estación de abastecimiento que ofrezca apoyo logístico a las flotas marítimas y aviones privados o gubernamentales que desempeñan funciones regulares en la Antártida.

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