¿Cómo afectó la pandemia al transporte de carga terrestre?

Hoy más que nunca, la emergencia sanitaria del Covid-19 ha mostrado la importancia de las cadenas de suministro para abastecernos de los productos esenciales de alimentación, limpieza y salud. Un proceso clave para poder encontrar tales productos en supermercados y tiendas online es el transporte por carretera.

Conscientes de este rol, los gobiernos han exceptuado al transporte de carga de la prohibición a la circulación, implementada como parte de las políticas de confinamiento. Sin embargo, se ha visto la situación precaria que, muchas veces, los transportistas deben afrontar durante sus viajes. Esto incluye desde la falta de áreas de descanso y aseo por el cierre de gasolineras, hoteles y restaurantes durante la cuarentena, hasta medidas tomadas por autoridades locales que dificultan o, inclusive, impiden el paso de los transportistas por sus municipios.

Los días y meses han pasado, se va retomando cierta “normalidad”, y esa normalidad está produciendo otra vez la invisibilidad del sector del transporte para la población general. Las autoridades gubernamentales, esas que hace unos meses admiraban el esfuerzo de los transportistas para que el país no se detuviera, ya tienen otra vez en su punto de mira al transporte, los camiones de carga ya no son tan necesarios según parece.

Algunas autoridades vuelven a pensar que los camiones son un auténtico estorbo en las carreteras o que los vehículos de distribución en las ciudades son prescindibles. No son pocas las ciudades que han vuelto a poner en funcionamiento las restricciones de acceso, o la famosa “caza” por parte de las policías locales de vehículos de reparto en estacionamientos incorrectos, eso si, no vaciando las zonas de carga y descarga, llenos muchas veces de vehículos particulares.

En el autotransporte, el impacto del Covid-19 provoco una caída del 14.8% en su PIB debido al descenso de la productividad y al desplome en la facturación, que disminuyo entre -41.0 y -50.0% en la mayoría de las empresas. En la red carretera, el volumen de camiones de carga cayo, -33.4%, y en el transporte transfronterizo, la contracción fue de -11.1%.

En comparación con la crisis financiera de 2009, la coyuntura económica provocada por la pandemia, manifiesta efectos de mayor magnitud y alcance en el autotransporte. La pandemia no ha terminado, significa que sus efectos continuarán, por lo que la recuperación de las economías nacional y mundial será lenta.

Vuelta la normalidad, se tendrá que volver a las reivindicaciones habituales del sector, como el reconocimiento de la importante labor que desarrollan el transporte y la logística para el día a día. No se precisan homenajes ni palabras grandilocuentes, únicamente reconocimiento y cumplimiento de las normativas que permitan desarrollar la labor con la dignidad que se precisa.

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