A la tragedia personal por las 176 personas fallecidas se le suma la tragedia empresarial para Boeing. El avión ucraniano accidentado este miércoles en Teherán era un Boeing 737-800 que pertenece a aerolínea ucraniana UIA (Ukraine International Airlines). La compañía, que de momento ha suspendido todos sus vuelos a Teherán hasta clarificar las causas que han motivado el siniestro, ha asegurado que el aparato se encontraba en perfecto estado, informo El Mundo.
Ningún accidente aéreo llega en buen momento, pero este lo hace en uno especialmente sensible para el fabricante americano, que ha visto cómo la crisis de sus 737 MAX, [desatada tras otros dos accidentes mortales provocados por fallos en su funcionamiento y una pésima gestión de su crisis] le ha costado ya más de un 20% de su facturación anual.
Aquello ha provocado la caída de su consejero delegado, Dennis Muilenburg, y le ha hecho perder el trono del sector en favor de su gran rival, el europeo Airbus.
Grave crisis
La crisis de los 737 MAX sigue sin solución a la vista. Lo que Boeing afrontó como una paralización temporal de su flota que a estas alturas ya debería estar solventada, sigue enquistada. Los aviones están quietos y la cuenta de resultados de la empresa sigue supurando. Sólo en los primeros seis meses de 2019, Boeing estimó unas pérdidas de unos 800 millones de euros. A cierre de año, confirmó que su facturación había adelgazado casi una quinta parte, hasta los 58.600 millones.
El arranque de 2020 está siendo más que complicado para los directivos de Boeing. El ejercicio arranca con la confirmación de que el modelo 737 MAX dejará de producirse, tal y como dijo estar estudiando en diciembre, y con la renovación de su cúpula. El fabricante aeronáutico cesó a Muilenburg en diciembre y el próximo lunes, día 13, asumirá oficialmente el cargo de CEO su actual presidente, David Calhoun, según publicó El Mundo.
Airbus, el gran competidor de Boeing, vive a diferencia de este su momento más dulce. Por primera vez en su historia superará este año en entregas a Boeing y sus títulos viven una auténtica euforia bursátil, con una revaloización cercana al 60% desde que estalló la crisis del 737 MAX en enero de 2019, informó El Mundo.
