Actualmente, el hidrógeno es el mejor valorado entre los combustibles bajos en carbono llamados a sustituir a los fósiles, razón por la cual, América Latina tiene una gran oportunidad de producción.
En efecto, la IEA ha resaltado a Latinoamérica como una área de oportunidad para la producción de lo que muchos esperan sea la fuente de energía del futuro.
La región podría convertirse en un contribuyente clave al impulso mundial hacia el hidrógeno con bajas emisiones de carbono.
Por lo mismo, algunos gobiernos latinoamericanos están tomando medidas decisivas para fomentar el potencial del hidrógeno como un componente decisivo de sus transiciones de energía limpia y una fuente de ingresos por exportaciones.
Lo que les ayudaría es un enfoque regional de colaboración para el hidrógeno, que además complementaría las iniciativas nacionales, permitiendo a los países capturar complementariedades en los patrones de demanda y producción, y desbloquear sinergias en el uso y desarrollo de la infraestructura.
América Latina podría posicionarse como líder del mercado del hidrógeno, con Chile tomando el liderazgo regional, si invierte en la industria ahora.
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