América Latina: Participación laboral femenina se retrasaría 10 años

Actualmente son muchos países de América Latina los que están saliendo lentamente de las cuarentenas por coronavirus, pero la situación laboral sigue luciendo complicada para muchas mujeres que deben ocuparse de tareas domésticas o trabajan especialmente en sectores muy golpeados por la crisis sanitaria mundial, algo que ahora se ver amenazado también por la variante Delta.

Un informe reciente del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) sostiene que las consecuencias de la pandemia exacerbaron las desigualdades de género preexistentes en el mercado laboral y podrían retrasar la participación de las mujeres en la fuerza de trabajo en América Latina por 10 años. Si bien la región había logrado mejoras en los resultados del mercado laboral en las últimas décadas, el Covid-19 ha puesto en riesgo parte de ese progreso.

«La pandemia implicó no solamente el choque económico sino el hecho de que las escuelas cerraran. Una vez que las escuelas cierran, la demanda por el cuidado en el hogar se incrementa. Y la pregunta es ahora clara y directa, quién atiende esa demanda de cuidados y atención», explicó Luis Felipe López-Calva, director para América Latina y el Caribe del PNUD.

«Estamos viendo que de manera desproporcionada esa demanda está siendo atendida por mujeres«, agregó Bárbara Temperley, licenciada en administración de empresas de Buenos Aires. Agregó que «no fue fácil buscar trabajo en pandemia. Me he puesto a pensar si no tiene que ver con que tal vez las empresas hayan orientado sus búsquedas hacia hombres y no mujeres justamente por las tareas de cuidado», dijo Temperley.

Ciertamente, no se volvió a como estábamos antes de la pandemia. La situación laboral también se complicó para muchas mujeres de la región que trabajaban en áreas como la educación, el turismo y el servicio doméstico, especialmente golpeadas desde la llegada del Covid-19. El informe del PNUD hace una distinción entre las mujeres con hijos de hogares monoparentales, que son quienes están reincorporándose más rápido al mercado laboral por no contar con otro ingreso, y quienes viven en hogares biparentales, en los que hubo una disminución de su participación laboral por haber tenido que ocuparse más de las tareas de cuidado.

«No había opción de no trabajar, había que hacer algo. Se tuvo que liberar a la gente que trabajaba en empresas para que también se reinventaran«, dijeron las afectadas a Reuters desde Santiago. «En muchos casos tampoco existe un marido que ayude al estar separadas o ser madres solteras.

Según el PNUD, en Latinoamérica, donde sólo el 40% de las mujeres participa en el mercado laboral, el 39% de los hogares están encabezados por una mujer y el 26% son hogares monoparentales donde el jefe es una mujer.

El estudio fue hecho en base a encuestas de hogares de países como Argentina, Bolivia, Chile, México, Paraguay y Uruguay.

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