El complejo portuario más grande de los Estados Unidos (EE.UU.) y responsables del 42% de todo el comercio en contenedores con Asia, todavía está luchando contra los cuellos de botella en todos los ámbitos pese a que la prensa en general ha perdido parte del interés diario sobre lo que ocurre dando una falsa sensación de calma.
Los puertos de Los Ángeles y Long Beach en el sur de California están lidiando con una afluencia de carga a medida que los minoristas se abastecen de productos para el regreso a clases y las fiestas que coincide con la relajación de los confinamientos en China. Todo esto está sucediendo justo cuando los ferrocarriles y los almacenes de EE.UU. siguen obstruidos y miles de contratos de trabajadores portuarios en la costa oeste expirarán esta semana informa Bloomberg y enumera algunos de los puntos claves que se interponen en el camino de la recuperación de la cadena de suministro:
Tren
El Puerto de Los Ángeles solicitó recientemente la ayuda de la Casa Blanca para despejar una acumulación de contenedores con destino a los trenes que se ha triplicado desde febrero, ocupando espacio en sus muelles y causando congestión. Hasta el lunes pasado, había más de 28.000 unidades de contenedores ferroviarios en tierra, aproximadamente dos tercios de los cuales habían estado esperando para ser recogidos durante nueve días o más.
Los principales ferrocarriles del país también están luchando en el frente laboral, ya que dos años de negociaciones infructuosas con sus sindicatos podrían obligar a la Casa Blanca a intervenir y evitar una huelga que podría paralizar las cadenas de suministro ya tensas.
Los más de 115.000 trabajadores ferroviarios que operan en más de 30 ferrocarriles podrán declararse en huelga el 18 de julio después de que el sindicato rechazara una oferta de mediación vinculante de la Junta Nacional de Mediación. A continuación, el presidente Joe Biden podría nombrar una junta presidencial de emergencia para resolver la disputa.
Camionaje
En promedio, más de la mitad de las puertas de embarque para camiones en el Puerto de Los Ángeles aún no se utilizan debido en parte a la falta de personal y los horarios de operación en las terminales y centros de distribución fuera del puerto, además de la falta de espacio en los almacenes.
Al mover alrededor del 70% del tonelaje de carga de los EE.UU., los camioneros no se sienten motivados a entrar durante las horas de menor actividad porque partes de la cadena de suministro a menudo no funcionan las 24 horas del día, dijo Matt Schrap, director ejecutivo de la Harbor Trucking Association. Antes de que surgieran los cuellos de botella, los camioneros podían recoger contenedores temprano en la mañana y luego almacenarlos en patios de camiones hasta que se abriera espacio en los almacenes. Pero estos sitios ahora están «llenos de contenedores y chasis vacíos, y la tierra se ha convertido en una prima extrema».
“Más camiones no necesariamente resolverán el problema, es un problema de productividad”, dijo Schrap en una entrevista.
Almacenamiento
La tasa de vacantes en las instalaciones del sur de California ahora es de alrededor del 0,3%, y la falta de disponibilidad es particularmente aguda en los condados de Inland Empire de Riverside y San Bernardino, dijo el director ejecutivo del Puerto de Los Ángeles, Gene Seroka, en una reunión virtual de comisionados portuarios la semana pasada. Durante tiempos normales, la tasa de vacantes llegó al 5%, agregó.
“No podemos construir estas instalaciones lo suficientemente rápido, y aunque ahora contamos con 2 mil millones de pies cuadrados desde las costas del Pacífico hasta la región desértica del sur de California, tenemos que sacar esa carga más rápido y tener suficiente espacio bajo techo para administrar todos estos productos de consumo y de fabricación”, dijo en una sesión informativa a principios de este mes.
Muelle
El contrato que cubre a unos 22.000 trabajadores portuarios en casi 30 puertos de la costa oeste, incluidos Los Ángeles y Long Beach, expiró el 1 de julio. El Sindicato Internacional de Estibadores y Almacenes y la Asociación Marítima del Pacífico, que representa a más de 70 empleadores, reforzaron antes la expiración de que “ninguna de las partes se está preparando para una huelga o un cierre patronal”. Las conversaciones a menudo iban más allá de las fechas de vencimiento de negociaciones anteriores.
El compromiso de ambas partes de mantener la carga en movimiento durante todo el proceso evitaría que se repitan los retrasos y la congestión que obstaculizaron los puertos de California, Oregón y Washington durante las conversaciones de 2014. En ese entonces, una disputa de nueve meses causó interrupciones y retrasos en los envíos y solo terminó después de que la administración Obama interviniera en 2015.
